¿Qué es la triada de la mujer deportista?



Algunos/as de vosotros/as al leer el título del post lo habréis relacionado con la lesión de rodilla que afecta a los ligamentos cruzado anterior, lateral interno y al menisco. Si es así estáis equivocados.

La triada de la mujer deportista es un tema de creciente interés, ya que se empezó a diagnosticar en la década de los 90. Esta patología se ha estudiado con mayor profundidad debido a la incorporación de la mujer a las actividades físicas competitivas y al incremento de las lesiones músculo esqueléticas, sumado a desordenes nutricionales y reproductivos.

Nadie duda de los múltiples beneficios que aporta la AF a la salud de la persona, pero en algunos casos también debemos mostrar cierta atención de no sobrepasarnos, ya que pueden aparecer enfermedades como la triada de la mujer deportista. En la última década el número de casos de triada se multiplicó por 12, predominando como causa fundamental la disminución del peso corporal.

Pero… ¿Qué es la triada de la mujer deportista?

En diferentes estudios se indica que es una combinación de baja disponibilidad energética, (el gasto energético es superior al aporte calórico) sin ser necesario un trastorno de la conducta alimentaria, presencia de amenorrea (ausencia de la menstruación durante al menos tres meses) y trastorno mineral óseo u osteoporosis.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

-La adolescencia es el momento más propenso a una situación de triada debido a cambios morfológicos de maduración sexual y a la presión social por tener un cuerpo como marca la moda.

-La presión deportiva por obtener un rendimiento mayor que muchas veces ocasiona una pérdida de peso errónea.

-Existen diferentes deportes considerados de riesgo: los que se puntúa la calidad (gimnasia o natación sincronizada), los que se compite por peso (judo o taekwondo) y deportes que un peso bajo podría mejorar el rendimiento (ciclismo o carrera a pie).

-Elevadas cargas de entrenamiento unidas a una baja ingesta energética.

-Problemas psicológicos como un trastorno en la conducta alimentaria y alteraciones en los hábitos alimentarios (comer solo, desparecer después de comer…).

¿Cuáles son los primeros síntomas y consecuencias de la triada?

-Bajo peso o pérdida reciente de peso.

-Sensación continúa de fatiga y debilidad, intolerancia al frío o piel seca, mal humor y fracturas por estrés.

-Alteraciones o desaparición de la menstruación, asociados a un balance energético negativo, normalmente debido a la insuficiente ingesta de calcio, hierro y fibra dietética.

-En valores inferiores al 10-15% de grasa corporal existe una pérdida de masa ósea que aumenta el riesgo de padecer osteoporosis a largo plazo.




¿Cómo se puede tratar a nivel nutricional?

La mayoría de estudios de ingesta calórica se centran en hombres y los datos se extrapolan a las mujeres. Normalmente las dietas en las mujeres deportistas son hipocalóricas sin alcanzar los valores energéticos necesarios para cubrir el gasto fisiológico y del entrenamiento. Por tanto:

-Las deportistas deben ajustar su aporte calórico a las demandas energéticas. La ingesta debe tener en cuenta las fases del ciclo menstrual. En la fase lútea debe aumentar el aporte calórico debido al aumento del gasto energético. En la fase de ovulación es conveniente trabajar la resistencia y en la fase folicular la fuerza.

-En entrenamientos de fuerza ingerir entre 39 y 44kcal/kg diarias (para una mujer de 50 kilos entre 1950kcal y 2200kcal diarias). Un mínimo de 7g/kg de hidratos de carbono, entre 1.2 y 1.6g/kg de proteínas, entre 1000 y 1500 mg de calcio diarios y compensar el déficit de hierro o Vitamina D.

-Si no existe un trastorno de la conducta alimentaria se debe aumentar entre un 2 y 3% el peso de manera progresiva, incrementando el aporte calórico.

¿Qué debemos tener en cuenta?

-Si nos percatamos del síndrome de la triada se debe disminuir inmediatamente la carga de entrenamiento entre un 10% y 20%.

-Para su tratamiento se debe contar con un equipo multidisciplinar formado por psicólogo, fisiólogo, nutricionista y entrenador. En el caso de ser una deportista amateur y no disponer de estos recursos es adecuado hacerse controles periódicos. En un primer momento se debe recuperar el peso con un aumento de la ingesta y una disminución de la AF. No obstante la recuperación del estado óseo puede tardar años.

-Al inicio de cada temporada se debería hacer una evaluación en mujeres atletas tratando aspectos relacionados con la dieta, la menstruación y el peso.

-Se debe evitar que aparezcan los 3 sucesos que causan la triada de la deportista en cadena, ya que para revertirlos nos puede llevar entre 4 meses y 1 año.

¿Algún caso real?

En este enlace: https://www.sport.es/labolsadelcorredor/deporte-no-salud-la-triada-de-la-mujer-deportista/ podéis ver las declaraciones de Bobby Clay (4ª mejor atleta mundial de 1500m), que en 2017 publicó el porqué de su ausencia en la competición. Esta comenta que con 20 años nunca había tenido la menstruación, padecía osteoporosis y se había quedado sin energía (síntomas de la triada de la mujer deportista). Por desgracia existen muchos casos similares, pero que muy pocas veces salen a la luz.

¿Creéis que debería haber un mayor control?

Por una parte hay federaciones como la de fútbol que pasan revisiones a sus deportistas cada dos años en las que simplemente se hace un electro, una auscultación pulmonar y se toman los valores de la tensión arterial (en el caso de nuestra comunidad) para comprobar que el deportista está apto para realizar actividad física. No obstante, como muchos/as sabréis los/las deportistas de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) no pasan ningún tipo de revisión médica, simplemente se paga la licencia.

En estas situaciones ¿por qué no se obliga a todas las federaciones a pasar revisiones médicas a sus deportistas? ¿Pensáis que sería interesante que además de un simple chequeo médico se tuvieran más aspectos en cuenta como los valores de grasa, IMC o valores nutritivos que puedan desencadenar en una enfermedad como la tratada en este debate? Puede ser que fuese interesante en estos chequeos médicos involucrar a un equipo multidisciplinar por parte de las federaciones formado al menos por un médico, nutricionista y psicólogo a la hora de pasar la revisión médica y que posteriormente haya un seguimiento por parte de entrenadores, preparadores físicos y por supuesto las familias.

Cada vez son más clubes profesionales los que incorporan las figuras de un médico, nutricionista o psicólogo en sus plantillas con el fin de mejorar el rendimiento y se va avanzando poco a poco, pero aún nos queda mucho camino a recorrer, sobre todo por parte de clubs con menores presupuestos y en este caso los deportes individuales de fondo.

Y para concluir…

Es una enfermedad que se debe dar a conocer a la población y especialmente en las mujeres ya que muchas de ellas no la conocen y la pueden padecer, además que es fundamental actuar a tiempo.

 

¿Qué opináis al respecto? ¿Se debería dar a conocer más la existencia de la triada de la mujer del deportista? ¿En qué tipo de población? ¿Se deben hacer revisiones periódicas en el caso de las mujeres?

 

 

Referencias

  1. Ferrer Vidal-Barraquer, Eva y Carreira González, Mónica. La alimentación de la mujer deportista. En: Personalización y nuevas tendencias en alimentación deportiva. Primera edición digital. Barcelona: UOC; 2019. 57-78.
  2. Izquierdo Miranda, Z; Cabrera Oliva, V.M.; Almenares Pujadas, M.E. y García Ucha, F. Actualización, pronóstico y medidas de intervención para la triada de la mujer deportista. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte [internet]. 2006: diciembre; 6 (24): 188-199. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/542/54222008002.pdf
  3. Román Viñas, Blanca. Alimentación en la mujer deportista. Etapas de la vida. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya (UOC); 2020.
  4. Vázquez Franco, Mirella. Déficits nutricionales en la mujer deportista. [TFM en internet]. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya (UOC); 2020. Disponible en: http://openaccess.uoc.edu/webapps/o2/handle/10609/120844